Desarrollan herramientas para combatir plagas y mejorar las cadenas de valor

En el Centro de Investigación Científica y Transferencia Tecnológica a la Producción (Cicyttp), de Diamante, expertos trabajan desarrollando herramientas para mejorar tanto la salud de los entrerrianos, como su producción de materias primas.

Se concentran en la creación de una innovadora trampa de olor para detectar vinchucas y asistir en el combate de la enfermedad de chagas, en el control del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue; un nuevo sistema de repelencia de insectos plaga en cultivos agrícolas que reduce a cero la aplicación de fitosanitarios; y un protocolo de gestión de calidad en mieles entrerrianas para tipificar la materia prima, de tal modo que sea posible la ampliación de mercados internacionales.

«Responder con innovación a las necesidades de la población y los sectores productivos describe la tarea en este Centro. Acá coinciden la integración, el compromiso y la inversión pública del Ministerio de Desarrollo Económico del gobierno entrerriano, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader)», definió el secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación provincial, Walter Sione, quien dio cuenta del avance de los proyectos de investigación de interés junto a la directora de Promoción de la Ciencia y la Tecnología, Florencia Urteaga Omar.

Chagas y dengue, objetivos centrales

En la búsqueda de soluciones efectivas y sostenibles para enfrentar enfermedades transmitidas por vectores, investigadores del Conicet han desarrollado dos proyectos destacados en Argentina. Y en la provincia, un equipo dirigido por el investigador del Cicyttp Pablo Guerenstein diseñó una trampa de olor revolucionaria destinada a detectar vinchucas, los portadores del parásito Trypanosoma cruzi, responsable de la enfermedad de chagas. Esta innovadora tecnología no solo permite monitorear y capturar los insectos antes de que infecten viviendas, sino que también reduce significativamente el uso de insecticidas, minimizando así el impacto ambiental y protegiendo a la población local.

Los ensayos de laboratorio han mostrado resultados prometedores, y se espera que la eficacia de este método se mejore aún más en pruebas de campo próximas.

Por otro lado, en el Laboratorio de Estudio de la Biología de Insectos (LEBI) del Conicet en Diamante, se concentran en el control del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue. La investigadora Marianel Falvo y su equipo exploran alternativas al uso de insecticidas químicos, empleando bacterias como Bacillus thuringiensis y hongos entomopatógenos para combatir las larvas del mosquito.

«Es crucial entender los patrones de presencia y comportamiento del Aedes aegypti», enfatizó Falvo, quien también subrayó la importancia del monitoreo para tomar acciones focalizadas y menos invasivas durante los brotes de dengue. Su laboratorio, reconocido internacionalmente, colaboró estrechamente con instituciones nacionales e internacionales para mejorar las estrategias de control y monitoreo de estos vectores.

Expanden el horizonte de la cadena apícola

En un esfuerzo por mejorar la calidad y competitividad de las mieles producidas en Entre Ríos, los investigadores Guillermina Fagúndez y Diego Blettler desarrollaron un ambicioso proyecto de gestión de calidad. El objetivo principal consistió en implementar un protocolo integral en una cooperativa apícola entrerriana para evaluar y mejorar la producción de mieles mediante técnicas innovadoras.

Ambos expertos coincidieron en señalar que, durante la ejecución del proyecto, llevaron a cabo actividades esenciales, como la caracterización palinológica y colorimétrica de las mieles, así como la aplicación de nuevas prácticas de manejo destinadas a aumentar la producción de variedades de miel específicas. Adicionalmente, se realizó un reordenamiento estratégico de lotes en función de criterios comerciales para optimizar la eficiencia productiva.

Un aspecto innovador fue la caracterización química de las mieles mediante resonancia magnética nuclear, vinculada con estudios palinológicos para establecer una identificación única o «huella digital» de cada tipo de miel. Este enfoque permitirá garantizar la trazabilidad y autenticidad del producto, además de respaldar decisiones productivas y comerciales basadas en datos precisos.

El conocimiento generado no solo tiene implicaciones técnicas, sino también económicas y comerciales significativas. Se espera que las mieles diferenciadas bajo este protocolo obtengan un mayor valor en los mercados internacionales, fortaleciendo la confianza de los consumidores y promoviendo una mayor valorización del producto regional. Además, se proyecta la creación de mieles con denominación de origen, lo cual asegurará estándares de calidad superiores y reconocimiento internacional.

El proyecto representa un paso crucial hacia la consolidación de Entre Ríos como un productor de mieles de alta calidad y valor añadido, posicionándose favorablemente en el mercado global de productos apícolas.

El control de plagas como meta

Por otro lado, un innovador proyecto en Ecología Química es liderado por el investigador Andrés Peruset y está revolucionando el manejo de plagas en cultivos agrícolas. El sistema utiliza componentes de feromonas sexuales de insectos plaga -como el gusano cogollero (Sopodoptera frugiperda) – para evitar su apareamiento y reducir su proliferación sin recurrir a insecticidas. Este enfoque sostenible minimiza el impacto ambiental.

El objetivo es impedir el apareamiento de estos insectos mediante dispensadores de feromonas, controlando así sus poblaciones de manera ecológica. Son beneficiarios los agricultores, especialmente de la zona de influencia del Cicyttp, y la agencia de Extensión Rural INTA Diamante, quienes participarán en los ensayos y podrán expandir esta tecnología. Se suman estudiantes que recibirán formación en nuevas tecnologías de control de plagas, mejorando su capacitación profesional, las instituciones que obtendrán herramientas para abordar problemáticas en zonas periurbanas -mejorando la producción agrícola- y el mismo equipo de trabajo, enriquecido por el intercambio de experiencias, mejorando sus capacidades y conocimientos.

Este proyecto busca un control efectivo y sostenible de plagas y también fortalecer la formación y colaboración en el sector agrícola, promoviendo prácticas responsables y beneficiosas para el ambiente.



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