Tanto revistas científicas como el consenso médico adoptado tras tratar a millones de enfermos establecen la cantidad de días que una persona con coronavirus debe aislarse para no infectar a los demás, tenga síntomas o no.
Después de 11 meses de convivir con virus SARS-CoV-2 todavía
surgen muchas preguntas que los científicos y médicos buscan responder. Una de
ellas es: una vez que la persona se contagia y transita la enfermedad, ¿hasta
cuándo puede seguir contagiando un enfermo de COVID-19?.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
(CDC) de los Estados Unidos disiparon las dudas de cuándo se puede estar con
otras personas después de haber tenido COVID-19 confirmado o presunto. Y
responden: puede estar con otras personas después de que:
-Hayan
pasado 10 días desde la aparición de los síntomas.
-Haya pasado 24 horas sin fiebre sin el uso de medicamento para bajar la
fiebre.
-Estén mejorando otros síntomas del COVID-19, salvo la pérdida de gusto y
olfato que pueden persistir durante semanas o meses después de la recuperación,
y no son motivo para demorar la suspensión del aislamiento.
También advierte que estas recomendaciones no se aplican a personas
con COVID-19 grave o con sistemas inmunitarios gravemente debilitados (inmunodeprimidos).
Por otro lado, una investigación científica realizada por las clínicas Charité de
Berlín, Schwabing de Múnich y por el Instituto de Microbiología del ejército
alemán, y publicada en la revista científica Nature, determinó que
los pacientes con COVID-19 positivo pueden ser dados de alta y pasar a
cuarentena en sus hogares si diez días después de enfermar presentan en los
fluidos expulsados al toser menos de cien mil copias del genoma del virus.
«En los primeros días de infección, el virus se concentra en la nariz y
boca. También se demostró en estos pacientes el momento
exacto en el que ya no supone un riesgo darlos de alta, debido a que no
contagiarían, y esto permitiría liberar camas en las unidades de terapia
intensiva (UTI) de los hospitales», afirmaron los científicos alemanes que
llegaron a la conclusión después de haber estudiado a estos primeros afectados
por el COVID-19.
«Los mismos dejan de ser contagiosos cuando las muestras que se les extraen
del área nasofaríngea y de los fluidos expulsados al toser, es decir las
gotículas de flush, presentan menos de 100.000 copias del genoma del virus. En la mayoría
de los casos, observaron que la carga viral en la faringe se reducía
notablemente pasada la primera semana de la enfermedad, aproximadamente en el
octavo día, mientras que en los pulmones unos días más tarde», afirmaron.
Según Roman Wölfel, director del Instituto de Microbiología del ejército
alemán, «ocho días después de presentar los primeros síntomas, los
expertos ya no fueron capaces de aislar partículas infecciosas en los pacientes, a
pesar de detectar todavía copias del genoma del coronavirus en faringe y
pulmón».
«La elevada carga viral en la faringe inmediatamente
después de los primeros síntomas apunta a que los pacientes con COVID-19 son ya
muy pronto infecciosos, incluso antes de darse cuenta de que están enfermos;
eso nos proporciona información muy valiosa a la hora de decidir cuándo dar de
alta a un paciente, decisión que los equipos médicos toman bajo una gran
presión», agregó.
En este contexto, en diálogo con Infobae, el infectólogo Lautaro
de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó: «Hay muchos
factores que influyen en la contagiosidad. Por un lado están los factores
vinculados con el germen y por otro, aquellos vinculados con la persona
infectada. Dentro de los primeros tenemos dos elementos: la cantidad de virus a
la cual se expone una persona y el tiempo que lo hace. Y dentro de los
segundos, el estatus inmunológico de la persona sin COVID-19?.
Para el director del Instituto de Virología de la
Charité, Christian Drosten, «el
coronavirus se puede multiplicar en la faringe sin necesidad de llegar al
pulmón y por lo tanto es muy fácilmente transmisible». El científico
explicó que el virus «se multiplica en el tracto gastrointestinal, aunque no se
pudo detectar su presencia en las heces, orina o en la sangre de los
pacientes».
A su vez, los sueros sanguíneos analizados en busca de posibles anticuerpos contra
el SARS-CoV-2 determinaron que la mitad del grupo estudiado durante 28 días
desde la aparición de los primeros síntomas desarrolló hasta el séptimo día
anticuerpos contra el virus y dos semanas después, todos los pacientes habían
producido anticuerpos y así también mostraron una reducción paulatina de la
carga viral.
Fuente: Infobae.