Las pistas que manejan los investigadores del crimen de Barrientos podrían derivar en allanamientos inminentes en Paraná y en Santa Fe. Una pista en un mensaje de audio que circuló entre los presos.
Cientos de personas despidieron ayer, en el cementerio Parque de la Paz de San Benito, los restos de Gustavo “Petaco” Barrientos, el ex jefe de la barrabrava de Patronato y condenado por un doble homicidio. Desde el atardecer del domingo había sido velado en la sala de calle Echagüe de Paraná, tras la finalización de la autopsia realizada en la Morgue Judicial de Oro Verde, que confirmó que el hombre de 45 años murió de cinco disparos con una pistola calibre 9 milímetros, al menos dos de ellos en el rostro.
La investigación avanza a dos orillas: en Paraná y en Santa Fe, donde habría medidas judiciales inminentes en busca de los sospechosos de haber participado del golpe comando y ejecución de Barrientos, en la siesta del sábado en Colonia Ensayo.
Casi no hay dudas en la cabeza de los investigadores acerca de la participación de santafesinos en el cruento hecho de sangre. Por un lado, porque los ocho hombres que participaron del hecho huyeron en una lancha desde la costa de Alvear; segundo, porque la camioneta utilizada para el homicidio había sido robada en Rosario más de un año atrás; y tercero, porque ese vehículo tenía patente de un auto VW Suran que pertenecía a un integrante de una fuerza de seguridad exonerado. No obstante, los problemas de Petaco con personas del ambiente narco de Paraná orientan las sospechas del encargue hacia la capital entrerriana.
El primer allanado fue “el sospechoso de siempre” en casos de sicariato, quien se encuentra detenido en la cárcel de Paraná, que estuvo en la mira por el triple crimen de narcos de noviembre de 2021 y ahora buscaron su celular en la Unidad Penal 1. Allí los policías secuestraron dos teléfonos y había un tercero que no funcionaba. Trascendió que lo habían quemado poco antes, pero esto fue desmentido ya que se trataba de un aparato al que se le había explotado la batería un tiempo atrás.
En el mismo entorno de Barrientos hay desconcierto acerca de dónde pudo haber partido la orden para matar al capo narco, homicida y ex jefe de la Barra Fuerte de Patronato.
Un mensaje circuló entre presos
Lo que consiguieron los investigadores en la jornada del domingo fue una pista interesante que estarían profundizando: un mensaje de WhatsApp habría circulado entre presos de la cárcel de Paraná unas semanas atrás. Allí una persona ofrecía mucho dinero para matar a Barrientos. Esa voz habría sido identificada como una persona cercana a un ex socio de Petaco, tanto en las tribunas, como en el comercio de drogas, con quien se peleó hace unos cinco años, publicó Diario Uno.
Por un lado, es un dato que ninguna investigación puede dejar pasar. Por otro, los que están a cargo de la pesquisa lo toman con pinzas, ya que se trataría de una desprolijidad y hasta una confesión encargar un homicidio por mediante un audio. Y lo que demostraron los asesinos el pasado sábado fue un total profesionalismo, más allá de detalles o errores que por estas horas podrían revelar sus identidades.
Entre estos, se encuentran las cámaras de seguridad de las viviendas o quintas ubicadas en Puerto Alvear, en el trecho de aproximadamente 1.200 metros desde la camioneta Toyota que dejaron abandonada hasta la costa, donde los esperaba la lancha para fugarse. Los hombres corrieron ese trayecto sin sus rostros cubiertos por pasamontañas, tal como habían actuado en la irrupción de la vivienda de Barrientos. Si las cámaras lograron captarlos y si las imágenes son claras, sería una evidencia clave para identificarlos.
Asimismo, se aguardan por los resultados de pericias claves que está realizando el personal de la Dirección Criminalística, sobre los elementos secuestrados en la camioneta y en sus inmediaciones, tales como prendas de vestir y el poderoso armamento que los delincuentes abandonaron.
UNO – Entre Ríos