Tras un 36% de aumento de los contagios, las autoridades sanitarias decidieron reforzar las restricciones en el país, en un momento en que la campaña de vacunación masiva anota un récord de más de 6 millones de personas que recibieron al menos una dosis.
Casi 14 millones de personas, cerca del 70% de la población de Chile, entraron este jueves en una nueva cuarentena debido a un fuerte aumento de los casos de coronavirus que volvió a poner en jaque el sistema sanitario, pese a una impresionante campaña de vacunación.
Tras un 36% de aumento de los contagios en las dos últimas semanas, las autoridades sanitarias decidieron reforzar desde hoy las restricciones en el país sudamericano que, desde marzo de 2020, tuvo los periodos de cuarentenas más prolongados en el mundo, además de toques de queda nocturnos.
Las autoridades tomaron esa decisión en momentos en que se registra un promedio de cerca de 6.000 casos diarios desde principios de marzo.
«Es un esfuerzo gigantesco el que tenemos que hacer, y nosotros hemos dicho muchas veces que la cuarentena es dolorosa, difícil, pero dado el avance de la circulación viral tenemos que tomar estas medidas pensando en la salud de las personas», dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, al anunciar, el lunes, este nuevo confinamiento.
Sólo en la capital, Santiago, la medida, que incluye el cierre de supermercados durante el fin de semana, afecta a 38 de las 52 comunas de la Región Metropolitana (7,1 millones de personas), la más poblada en este país de 19 millones de habitantes.
El sábado y el domingo, casi el 90% de Chile deberá encerrarse en sus hogares ya que, además de las medidas anunciadas el lunes, hay varias comunas en Santiago y del resto del país que desde la segunda semana de marzo están con cuarentenas obligatorias los fines de semana.
Desde que se registró el primer caso de coronavirus en Chile, el 3 de marzo de 2020, fallecieron más de 22.000 personas y los casos suman casi 1 millón.
Este retroceso se produce en un momento en que la campaña de vacunación masiva, que empezó el 3 de febrero, anota un récord de más de 6 millones de personas que recibieron al menos una dosis de la vacuna del laboratorio chino Sinovac o del estadounidense Pfizer.
Suman más de 3 millones las personas que completaron su inmunización, entre ellos los mayores de 70 años.
En medio del agravamiento de la situación, las autoridades de salud informaron que el 50% de los fallecidos de la segunda ola murió sin ser hospitalizado, lo que muestra un aumento porcentual en relación a la primera ola que los expertos asocian a la falta de lugar en los hospitales.
En junio de 2020, cuando fue el pico de la primera ola, cerca de un tercio de las personas que morían por Covid-19 eran pacientes que no habían podido ser hospitalizados.
Una de las explicaciones de esta situación es que los pacientes -muchos de ellos jóvenes- presentan complicaciones de forma rápida y no alcanzan a ser hospitalizados, según Jaime Burrows, exsubsecretario de Salud Pública durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet.