Por Edgardo López Osuna – Paraná Tur: En diversos tipos de reuniones he escuchado hablar y hasta discutir sobre los pro y los contra de vacacionar en crucero.
Intentaremos aquí dar un poco de luz al tema, sin ánimo de polemizar y entendiendo siempre que finalmente es una cuestión de gustos; aceptando que estemos dirigiendo la plática a personas que podrían acceder a comprar el servicio y a partir de esa premisa optar por hacerlo o no.
Lo que a mi criterio no me parece ideal es descartarlo sin haberlo experimentado.
Técnicamente un crucero es un hotel que se mueve.
En él podrás visitar distintas ciudades (portuarias todas) sin necesidad de moverte de un lado a otro, con las dificultades que esto acarrea en traslado de equipajes y acceso a buses, trenes, vuelos, además de trámites migratorios, cheak IN-OUT, etc. etc. etc.
Para quienes tienen edad más avanzada con dificultad personal de traslado o son perezosos para andar es ideal, pues todo está cerca y a mano.
Para quienes tienen niños, tendrán sectores especialmente equipados para ellos, con personal altamente calificado para el entretenimiento de ellos.
Para parejas jóvenes, para solos o solas que buscan diversión juvenil existen varios pubs, además de diversas actividades programadas para noches inolvidables.
En fin para cada rango etario, para cada gusto y para cada situación personal hay experiencias por vivir, estudiadas, diagramadas por empresas dedicadas especialmente a lograr el beneplácito del usuario.
Un barco de crucero “promedio” tiene capacidad para unos 4.000 pasajeros y el personal de abordo es de 600 personas aproximadamente.
Cuentan con varios restaurantes, bares, biblioteca, sala de juegos, gimnasio, capilla, piscinas, sector de lectura, teatro, solárium, casino, pubs, y hasta un pequeño hospital con quirófano incluido (obviamente con personal médico a bordo)
Todas las comidas (con variedad de opciones) y algunas bebidas están incluidas.
Infinidad de atracciones que superan hasta los mejores hoteles 5*, con sistema “all inclusive” característicos del Caribe. Es posible que todo esto no sea del agrado de un especial turista, pero si lo que busca es tranquilidad y paz en un marco de buen gusto, lo tendrá y si busca bailar y divertirse las 24hs del día, también lo podrá hacer.
Son verdaderas ciudades flotantes.
Existen distintas navieras con barcos de diversos niveles, los hay desde los clásicos y un poco gastados hasta los de súper lujo, modernos, equipados con tecnología de última generación.
Dentro de ellos, además de los descriptos, hay camarotes que difieren en el precio de acuerdo a las comodidades que ofrecen, siendo imperioso si sos fumador que pidas uno con balcón.
Podrás navegar por todos los mares y océanos del planeta, muchas veces disfrutando de exquisitos paisajes desde la cubierta o cómodamente instalado en tu balcón y tratarte de la manera que más te guste, todo por un costo promedio y aproximado de USD 130 por día por persona.
Los hay de diferentes duraciones, desde 3 o 4 días hasta los transatlánticos o transpacíficos de 25 días de duración, de América a Europa o viceversa, igualmente hacia o desde Asia y algunos destinos de África.
De paso visitar algunas ciudades en las que podrá tener un vistazo de un día, un rápido recorrido, ya que los barcos no tienen mucho tiempo para estar en puerto debido al altísimo costo que abonan por hora de amarre.
Normalmente llegan a destino por la mañana temprano y vuelven a zarpar al atardecer, dándote ese tiempo para tu visita personal o bien para contratar una excursión programada por el personal de turismo de la empresa.
Opino que el acotado tiempo en puerto es la única falencia del sistema.
Los más recomendables, a criterio personal, son los del Mediterráneo, los del mar Caribe, los del océano Indico (Ej. de Dubai a Singapur) y los cruceros del Mar del Norte.
También si dispones de tiempo los más extensos que viajan alrededor de América, de Europa y/o de Asia.
Algunos dan la vuelta al globo terráqueo, pudiendo el pasajero optar por comenzar o terminar la estadía en el barco en cualquiera de los puertos que haga estancia.
Aunque usted no me crea, le cuento que he visto a personas que deciden “vivir” en el barco.
Mi opinión final: 9 a favor, 1 en contra.
Edgardo López Osuna – PARANA TUR – Edgardo@parana-tur.com