Colman condenado por amenazas a autoridades de justicia

El imputado fue condenado en sentencia de primera instancia a la pena de cinco años y seis meses de prisión. El martes 17 se conocerá la sentencia completa. En los alegatos Fiscalía pidió una condena de ocho años y la defensa la absolución. El joven regresaría a prisión tras estar libre dos años y nueve meses, desde la última condena que cumplió.

Juan Pablo Colman, de 36 años, fue condenado en sentencia de primera instancia a la pena de cinco años y seis meses de prisión por los delitos de Hurto en grado de tentativa y Amenazas y Coacciones agravadas. El juez del Tribunal de Juicio y Apelaciones, Alejandro Grippo, dio a conocer el lunes 9 el adelanto de sentencia. La sentencia completa se leerá el martes 17. Colman comenzó a ser juzgado por los delitos de Robo en grado de tentativa y Amenazas y Coacciones. Durante el debate, el fiscal Martín Wasinger recalificó el primer hecho en virtud del testimonio que brindó la víctima en el debate.

Durante el juicio, Colman realizó un fuerte cuestionamiento al Sistema Penitenciario y al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Paraná. Colman fue procesado por tres hechos. El primero, consistió en haber amenazado, mientras estaba privado de la libertad en la Unidad Penal (UP) N° 2 de Gualeguaychú, a 290 kilómetros de Paraná, con apuñalar a la escribiente del Juzgado de Ejecución de Penas, Pamela Díaz. El segundo consistió en las amenazas de muerte proferidas contra la secretaria de aquel organismo, Marcela Gambaro; y su titular, la jueza Cecilia Bértora. El tercer hecho fue el desapoderamiento de un celular a un hombre que estaba sentado, escuchando música, alrededor de las 21, en las escalinatas de la zona del Parque Urquiza conocida como Villa Cariño. De la declaración del denunciante surgió que el hecho ocurrió sin ningún tipo de violencia, lo que motivó que Fiscalía solicite la recalificación del hecho. Así, instó la de Hurto en grado de tentativa.

AMENAZAS

En el debate Colman contó que fue condenado por primera vez a cuatro años de prisión por robo cuando tenía 18 años, también relató que estuvo alojado en seis cárceles entrerrianas durante el cumplimiento de una condena de tres años y seis meses de prisión, que terminó de cumplir el 19 de marzo de 2017. Mientras cumplía aquella condena y era trasladado de penal en penal, se le atribuyó haber llamado el 26 de agosto de 2016, desde el penal de Gualeguaychú, al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Paraná, amenazando con apuñalar a Díaz, a Gambaro y a Bértora.

Colman realizó un relato de lo que supuestamente padeció hasta llegar a amenazar a las funcionarias. Así, dijo que la denuncia por las amenazas se la realizaron por sus continuos pedidos ante las autoridades, y manifestó que no recordaba haber realizado el llamado porque dijo que en ese momento estaba bajo los efectos de psicofármacos que le daban en el penal de Federal junto a la medicación que tomaba por su infección con HIV. El imputado sostuvo que su continuo traslado obedeció a que se le diagnosticó aquella enfermedad. Colman sostuvo que en la UP N° 1 de Paraná nunca fue tratado por su condición de portador a lo que se sumó que en la cárcel de Federal le mezclaban la medicación por el HIV con psicofármacos.

Colman manifestó que sus pedidos “molestaban” en las unidades penales a las que era trasladado, aclarando que “nunca pedía nada que no correspondiera”. También destacó que estuvo seis meses sin que se resolviera su pedido de salidas transitorias porque Gambaro y Bértora se excusaron se continuar con su legajo de ejecución de la pena, en virtud de las amenazas. El imputado sostuvo que sufrió malos tratos por parte del Equipo Técnico del Juzgado, un trato que calificó de “no humano”, añadiendo que “siempre me provocaban para que reaccionara, querían sacarme de ahí”. Asimismo, expresó que “nunca tuve una sanción” y dijo que tenía “calificación 8 y 9, ejemplar”.

VICTIMIZACIÓN

Las funcionarias amenazadas calificaron a Colman como un interno “conflictivo”, “agresivo”, que vivía “enojado” y que “pedía cosas sin fundamentos”. Las tres refirieron que tuvieron miedo en dos momentos, cuando ocurrieron las amenazas, el 26 de agosto de 2016, y cuando Colman recuperó la libertad, en marzo de 2017. También coincidieron en que el imputado usaba su condición de portador de HIV “para victimizarse” y así obtener “los beneficios que solicitaba”.

FUENTE: El Diario



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