El Ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos Néstor Roncaglia, recibirá a los hijos del Sr. Enrique Fabiani

El hombre de 74 años oriundo de Santa Clara de Buena Vista ( Provincia de Santa Fe), que vino a cazar a la zona de Mojones Sud (departamento Villaguay) y desde hace quince (15) días se encuentra desaparecido, a pesar de las intensas búsquedas efectuadas por la Policía de Entre Ríos, dotaciones de Bomberos voluntarios  de diversos lugares de esta y otras provincias y demás organismos nacionales y provinciales, con la colaboración de fuerzas de seguridad de la Nación.

Los Dres. Rubén Pagliotto y Eduardo Vugner representan a la familia Fabiani y en el día de la fecha se constituyeron como Querellantes Particulares en la causa penal, cuya Investigación Penal Preparatoria (IPP), se lleva adelante por los fiscales Mauro Quirolo y María Catalina Mir, de la jurisdicción de Villaguay.

Según publicó el medio digital nacional infobae.com días atrás en una nota del especialista en temas policiales y judiciales Fabián Induti.

Buscan a un jubilado que desapareció hace dos semanas en Entre Ríos: Salió a cazar con dos amigos y nunca volvió

Enrique Héctor Fabiani tiene 74 años y fue visto por última vez durante la noche del martes 4 de junio, cuando ingresó a una chacra en la zona de Villa Alcaraz en busca de ayuda, pero fue echado por el propietario. El reclamo de una de sus hijas

Enrique Fabiani, un jubilado santafesino que el pasado 4 de junio salió a cazar con dos amigos a un campo ubicado en la zona de Villa Alcaraz, departamento de Villaguay, Entre Ríos, es buscado de forma intensa desde hace dos semanas, y hasta este martes no había rastros de su paradero. ”Mi papá tenía problemas de desorientación pero estaba bien en tiempo y espacio”, subrayó este martes Melisa, la hija del cazador desaparecido, en diálogo con Infobae.

De acuerdo a los detalles brindados por la mujer a este medio, el cazador extraviado y sus dos amigos partieron el martes 4 de junio desde la localidad de Santa Clara de Buena Vista, situada en el sudoeste del departamento Las Colonias, provincia de Santa Fe, rumbo a un campo ubicado en Villa Alcazaz. “Estamos a 300 kilómetros de Alcaraz. Tenían amigos ahí. No era la primera vez que iban a ese lugar”, precisó Melisa.

Fabiani desapareció luego de separarse de sus dos amigos, cerca de las 18 de ese día, pero horas más tarde, entre las 22 y 23, fue visto por unos maquinistas que estaban trillando por la zona. “Por el momento no se los llamó a declarar”, lamentó la hija de Enrique.

“Después, mi papá, a las 12 de la noche, para en la casa de Julio Lodi. Tiene una conversación, no supo pedirle ayuda, este hombre lo trató muy mal, dio su testimonio ante el fiscal y dijo que lo echó de su casa. A pesar de haberlo echado, dijo que se dio cuenta de que era buena persona porque mi papá cuando se iba le dijo ‘disculpe, señor’”, relató Melisa.

No obstante, Lodi se comunicó con los abigeatos -policías rurales de la zona- y denunció que había un cazador en su campo.

Al recibir el aviso, los abigeatos se dirigieron a la estancia de Lodi, dialogaron con él y realizaron un breve recorrido por el lugar, pero según Melisa demoraron mucho más tiempo del que demandaría ese camino. “En las cámaras de seguridad se detecta que los abigeatos demoran 35 minutos para hacer un recorrido que solo demora 10. Ese camino, para ir hasta la casa de Julio Lodi, donde las cámaras de seguridad detectan al abigeato, justo es el punto donde los perros de la Policía pierden el rastro de mi papá”, comentó Melisa, exhibiendo cierta sospecha con el desempeño de los policías rurales.

Hoy martes, a 14 días de la desaparición de Enrique Fabiani, los familiares del cazador le piden al fiscal a cargo de la investigación, el doctor Mauro Quirolo, que allanen el domicilio de Lodi, la persona que lo vio por última vez, y que le confisquen su teléfono celular para rastrearlo y registrar el historial de llamadas. “También pedimos que rastreen los lugares a los que fueron los cuatro abigeatos y que determinen por qué tardaron tanto. ¿Qué hicieron toda la noche?”, planteó Melisa durante la charla con este medio.

En esta línea, una de las hijas de Enrique aclaró que el doctor Quirolo llamó a declarar a los abigeatos el jueves de la semana pasada, pero no registró sus teléfonos. “Todo es muy lento. Es más, yo le tuve que pasar al fiscal las imágenes de la cámara de seguridad porque su gente no se las había pasado”, dijo con evidente desazón.

El comisario Cristian Medrano, jefe de la Policía Departamental de Villaguay, dijo ayer lunes que las primeras tareas de búsqueda para hallar a Enrique comenzaron al otro día de su desaparición, cuando “se desplazó todo el personal de guardia y los bomberos locales” a la zona donde se encuentra la estancia San Antonio, el punto donde el cazador y sus dos amigos habían bajado para iniciar la jornada de caza.

“No se encontró ningún indicio hasta que llegamos a un molino, donde encontramos huellas de Enrique y de sus compañeros”, explicó el comisario Medrano, en diálogo con FM Tiempo Alcaraz.

Ante la consulta de este medio, el jefe del operativo indicó que hoy los rastrillajes continuarán a unos 5 kilómetros de la ruta nacional 127 y a unos 1.000 metros del lugar donde se lo vio por última vez a Enrique. “No vamos a parar hasta que tengamos un indicio. Lo buscamos vivo y lo queremos vivo”, concluyó la autoridad policial durante el contacto con citada radio local.

Según precisó el comisario Medrano, del operativo de búsqueda de Fabiani participan cerca de 90 efectivos, entre ellos 60 cadetes de la escuela de oficiales, 15 funcionarios de la Jefatura Departamental de Villaguay, 10 funcionarios de Inteligencia Criminal con drones, dos agentes de la Policía del Chaco con drones térmicos, la División Canes con un perro detector de Restos Humanos, y 15 Bomberos Voluntarios con un perro especializado en buscar rastros de sangre.

Al momento de su desaparición, Enrique vestía un uniforme camuflado, botas de goma y portaba una escopeta de un caño. Y si bien su hija Melisa reconoció que padecía problemas de desorientación, al mismo tiempo aseguró que su padre “estaba bien en tiempo y espacio” y realizaba “una terapia cognitiva” por este diagnóstico.



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