“Estaba protegiendo a los ciudadanos», argumentó la ministra de Seguridad al repetir su postura de justificar los excesos de los efectivos. Dijo que el policía tuvo «mala suerte» y apenas admitió que «la metodología no fue la mejor», pero solo para reclamar que el agente pueda portar una pistola Tasser.
Con los mismos argumentos con que defendió al policía Luis Chocobar, que mató por la espalda a un joven que había cometido un asalto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, protegió al efectivo de la Ciudad que mató a un transeúnte tras pegarle una patada en el estómago.
El agente “estaba protegiendo a los ciudadanos” de una persona “que estaba generando una amenaza”, justificó la funcionaria, quien no obstante criticó la patada policial de una insólita manera: “Evidentemente la metodología no fue la mejor. Lo mejor hubiera sido que el policía tuviera un arma adecuada para esa circunstancia, una Tasser”.
No es la primera vez que la funcionaria sale a defender a un policía que exacerba el uso de la fuerza y mata a una persona sin establecer claramente qué es lo que lo convierte en sospechoso. Y como no es la primera vez, Bullrich comparó el crimen ocurrido el lunes por la mañana en la bicisenda de Carlos Calvo al 2500, en el barrio porteño de San Cristobal, con el de La Boca. “Ya lo vimos en el famoso caso del turista norteamericano”, que fue apuñalado y luego el asaltante fue fusilado por la espalda por Chocobar.
En su particular defensa del inspector Esteban Armando Ramírez, quien sigue detenido y a disposición del juzgado 8, Bullrich responsabilizó esta vez a la víctima. Lo culpó de “andar con un cuchillo” que, en su opinión, “es una de las armas más letales”. “El policía estaba protegiendo a los ciudadanos de una persona que estaba en una situación amenazante y violenta. Este es el marco general que hay que plantear” para entender el caso, sostuvo durante una entrevista por Radio La Red.
El hecho ocurrió cuando Juan Martín Gómez, de 41 años, caminaba por la bicisenda y varios agentes salieron a interceptarlo tras una denuncia al 911 que lo señalaba como portador de un arma blanca. Varios policías lo rodearon y uno de ellos, Ramírez, lo pateó de frente y el hombre se desplomó en el asfalto. En la caída, se golpeó la cabeza, quedó inconsciente y fue trasladado al hospital Ramos Mejía, donde murió. La autopsia determinó que falleció por una fractura en cráneo producto del golpe que se dio cuanto cayó tras la patada.
SIN SUERTE. La ministra calificó de “lamentable desenlace” a la muerte de Gómez, dijo que el policía “no buscó” ese final y hasta lo defendió por “no usar su arma” de fuego. Eso sí, sostuvo que el final hubiera sido otro si el agente portaba una Tasser y consideró que todo fue producto de una “mala suerte”.
El inspector Ramírez “tenía su arma de fuego y no tenía otra de menor capacidad letal, utilizó su cuerpo con la mala suerte de que la persona golpeó mal con la cabeza en el piso y murió”, sintetizó como si nada.
Además, la ministra confirmó que sus argumentos se basaron –como siempre- en la versión policial y que así lo confirmó cuando mantuvo una conversación con el secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, quien ayer también defendió al policía.
En coincidencia con su par porteño, la ministra relativizó la evidencia del video que circuló en las redes sociales y que provocó el repudio social. “Uno no puede solamente mirar el video sino entender el contexto. Y el contexto es que una persona estaba generando una amenaza con un cuchillo, que es una de las armas más peligrosas porque puede matar”.
La interpretación de los hechos, según Bullrich, debiera ser la siguiente: “Hubo una acción de terminar con una amenaza. Y cuando (un policía) hace eso, está haciendo lo correcto. Pudo haber pegado una patada más liviana o menos liviana”, pero lo que hizo fue “querer reducir” al sospechoso, que finalmente murió.
FUENTE: Página 12