Brindan información para un inicio seguro y acompañado de la lactancia materna después de una cesárea

Profesionales del hospital San Roque de Paraná brindaron recomendaciones para favorecer la lactancia tras una cesárea, priorizando el manejo del dolor, el contacto piel a piel y el apoyo emocional a la madre. Brindar apoyo integral a las madres durante el puerperio es clave para favorecer la lactancia materna y fortalecer el vínculo temprano con el bebé.

La enfermera y puericultora, Ayelén Acuña, del Servicio de Maternidad del Hospital San Roque de Paraná, explicó que el dolor posterior a una cesárea puede influir notablemente en el inicio y desarrollo de la lactancia. «Puede retrasar el comienzo o dificultar la frecuencia adecuada de las tomas. Por eso, es fundamental un buen manejo del dolor, utilizando los analgésicos indicados por los profesionales», señaló.

Respecto a las posiciones recomendadas para amamantar luego de la cirugía, la especialista indicó que deben evitarse aquellas que generen presión o roce sobre la zona de la incisión. «Las más utilizadas son la posición biológica, con el bebé horizontal sobre el cuerpo de la madre, y la posición de balón de rugby, que permite sostener al bebé a un costado, sin comprometer el abdomen», detalló.

Durante los primeros días tras la cesárea, existen indicadores que permiten evaluar si la lactancia se desarrolla adecuadamente: un bebé activo que se alimenta entre 8 y 12 veces por día a libre demanda, que orina al menos seis veces diarias y se muestra tranquilo luego de mamar. Asimismo, la madre no debería sentir dolor durante la toma; las mejillas del bebé deben verse redondeadas, con movimiento visible de la mandíbula y sonido de deglución sin chasquidos.

Acuña subrayó la importancia del contacto piel a piel, tanto inmediato como en los días posteriores. «Un bebé en brazos de su madre accede con mayor frecuencia al pecho, lo que favorece la producción de leche. Además, ayuda a calmar al recién nacido, regula su temperatura y signos vitales, y reduce el estrés», afirmó.

El acompañamiento emocional, agregó, es fundamental. «Con cada nacimiento también nace una nueva madre. Científicamente sabemos que el cerebro cambia en cada embarazo, y esos cambios vienen acompañados de muchas emociones», explicó. En este sentido, remarcó la necesidad de escuchar de forma activa, validar las emociones sin juzgar y comprender que cada experiencia de lactancia es única. «Un inicio con dificultades no determina cómo será el resto del proceso. Esa madre que sostiene a su bebé también necesita ser sostenida por su entorno», enfatizó.

La profesional recomendó consultar con especialistas ante cualquier duda o dificultad, como problemas de prendida, sueño excesivo durante la toma o pérdida de peso marcada. «No es necesario esperar a que surja un problema para pedir ayuda», dijo.

Para quienes tienen una cesárea programada y desean amamantar, aconsejó informarse durante el embarazo, procurar el contacto piel a piel lo antes posible e iniciar la primera toma dentro de las dos horas posteriores al nacimiento. También recomendó amamantar a libre demanda, observar las señales tempranas de hambre, evitar tetinas hasta que la lactancia esté establecida y confiar en el cuerpo y en el proceso. «Cada lactancia es distinta, y los cuidados siempre deben ser respetuosos y personalizados», concluyó.



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