El pico de la obra civil iniciará en septiembre. Se prevé su finalización para 2024. Aumentará la capacidad de la principal represa entre un 9% y 20% según el nivel de agua del río Paraná.
Pese a la pandemia, la obra solamente se atrasó 30 días. A un año de haber iniciado, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) avanza con el megaproyecto de maquinización del brazo Aña Cuá, una segunda represa hidroeléctrica en el río Paraná que incrementará entre un 9% y 20% la energía que produce la principal abastecedora del país.
Ubicada a 15 kilómetros aguas arriba de la central, la obra contempla la construcción de un canal de fuga, una playa de maniobras, un sistema de transferencia de peces y la casa de máquinas.
Ésta última parte del proyecto se posicionará a medio kilómetro de la margen izquierda del brazo Aña Cuá y en la isla Yacyretá, terreno que será removido en su totalidad y sólo se construirá sobre las aguas una ruta de comunicación interna.
En su interior albergará tres turbinas tipo Kaplan de eje vertical de 83,3 MW de potencia, rodeadas cada una por estructuras de hormigón armado.
La energía producida será transmitida por líneas de 500 Kv desde la playa de maniobras directamente hacia la Central Hidroeléctrica Yacyretá, y desde allí se «repartirá» la electricidad a Argentina y Paraguay.
Progresos del proyecto en marcha
El presupuesto total para los 50 meses de trabajo proyectados (se inaugurará en 2024) es de casi u$s400 millones, de los cuales ya fueron invertidos en 2021 unos u$s53 millones y para el año que viene la cifra ascenderá a más de u$s170 millones.
El comienzo de la obra estaba previsto para marzo del año pasado, pero la pandemia de coronavirus Covid-19 provocó que los trabajos de remoción se iniciaran el 25 de junio, aunque esta situación no generó atrasos en su objetivo de conclusión del proyecto en 2025.
«Estamos encaminados a cumplir con los plazos de la obra. Tuvimos un atraso de mas o menos 30 días y fue por cuestiones logísticas por la pandemia», contó el ingeniero y director de la obra Fabián Ríos en contacto con Ámbito.
Es tal el avance que las autoridades aseguraron que a mediados de este mes se llegó al 85% del plan de excavación, el cual es realizado por las empresas Astaldi, Rovella Carranza y Tecnodil.
Con este porcentaje, Ríos proyectó que para septiembre «se llegará al pico de la obra civil», cuando se de inicio al proceso de hormigonado masivo.
El espacio donde se realizan las tareas es circundado por camiones y distintas máquinas que «pican» un inmenso muro rocoso, al tiempo que una importante cantidad de obreros se abocan a diferentes trabajos.
«Actualmente estamos en una relación 51% trabajadores argentinos y 49% paraguayos, aunque también hay italianos», precisó Ríos.
Todo el proyecto hasta llegar a la maquinización albergará 600 empleados de forma directa y más de 2300 indirectos.
Producción de energía constante
Una vez finalizada y puesta a funcionar de forma plena, la nueva represa permitirá aumentar entre un 9% y 20% la capacidad de la planta principal según el nivel de agua del río Paraná.
«A diferencia de la central de Yacyretá, el brazo de Aña Cuá tiene un caudal constante y no va a afectar si hay bajante en el Paraná», explicó el director ejecutivo de la empresa Ignacio Barros Arrechea en diálogo con Ámbito durante un recorrido por la zona de trabajo.
El caudal que menciona Barros Arrechea debe mantenerse unos 1.000 m3/ segundo debido a un acuerdo de impacto ambiental suscrito con Argentina y Paraguay, a fin de no perjudicar a la fauna marina en su traslado, etapa de reproducción y puesta de huevos.
Con este nivel, Aña Cuá generará como mínimo unos u$s6 millones de facturación cada mes y podría alcanzar los u$s8 millones en caso de que el cauce se encuentra normal.
El ejecutivo afirmó que es un proyecto que «se paga solo», financiado íntegramente con ingresos propios, en un término de «cinco o seis años» como máximo.
Consecuencias por la bajante del Paraná
La central Yacyretá opera actualmente con 12 de sus 20 turbinas debido a la escases de agua en esa arteria fluvial, por lo que la energía que genera se redujo a la mitad.
El caudal afluente del Paraná en la última semana fue de 6400 metros cúbicos por segundo promedio (m3/s), con un valor máximo de 7400 metros cúbicos por segundo promedio (m3/s) y mínimo de 5500 metros cúbicos por segundo promedio (m3/s).
De acuerdo a la EBY, con base en sus indicadores e información que recibe de entidades climáticas, el nivel estará para los próximos días en el rango de los 5000 a 6000 metros cúbicos por segundo promedio (m3/s).