El Vaticano publicó este sábado, 25 de marzo, un documento en el que actualiza las normas para prevenir y combatir los abusos sexuales contra menores y adultos vulnerables dentro de la Iglesia.
Esta carta apostólica es el resultado de cuatro años de trabajo y consultas a las Conferencias Episcopales y a los Dicasterios de la Curia romana tras la puesta en marcha del motu proprio del papa Francisco “Vos estis lux mundi” (“Ustedes son la luz del mundo”), que entrará en vigor el próximo 30 de abril, derogando así la precedente de mayo de 2019.
Entre las novedades más significativas del documento es que extiende a los laicos responsables de asociaciones religiosas la obligación irrenunciable a la hora de denunciar de manera inmediata el abuso sexual tanto de menores como de adultos en caso de haber tenido conocimientos de ellos, además de a los obispos, superiores de instituciones religiosas y clérigos al cargo de una prelatura, consignó el portal Aica.
Nuevo tratamiento al “adulto vulnerable” y mayor protección a religiosas y seminaristas
También es importante el nuevo tratamiento que se dan a los adultos vulnerable. Mientras antes se hablaba de “actos sexuales con un menor o una persona vulnerable”, en la nueva versión se habla de “delito contra el VI mandamiento del decálogo cometido con un menor, con una persona que tenga habitualmente un uso imperfecto de la razón o con un adulto vulnerable”.
El documento de 2019 incluía las molestias y las violencias contra menores y adultos vulnerables, así como la violencia sexual y las molestias derivadas del abuso de autoridad. Ahora, en esta nueva versión de “Vosotros sois la luz del mundo”, se incluye cualquier caso de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como el caso de molestias a seminaristas o novicios mayores de edad.
Por otro lado, en la actualización del motu proprio dado a conocer este sábado se refuerza la presunción de inocencia para quienes están siendo investigados por posibles abusos “en espera de que sean determinadas las responsabilidades”. Asimismo, se refuerza la protección de las víctimas para salvaguardar “la legítima protección del buen nombre y de la esfera privada de todas las personas implicadas”.
En el documento se especifica que las diócesis y las eparquías (circunscripción territorial bajo la autoridad de un obispo, en las Iglesias católicas orientales, la Iglesia ortodoxa y las Iglesias ortodoxas orientales. Esta circunscripción corresponde a lo que en Occidente se denomina diócesis) deben dotarse de “organismos y oficinas” fácilmente accesibles para que las víctimas puedan denunciar los casos abusos, y determina la obligación del obispo de la diócesis donde se haya producido la denuncia de proceder a la investigación del caso.
Abuso de autoridad
Los procedimientos introducidos en 2019 establecen pautas precisas sobre cómo tratar las denuncias de abuso y garantizar que los obispos y los superiores religiosos, que ahora incluyen a los laicos con responsabilidad en las asociaciones internacionales, rindan cuentas y estén obligados por un precepto legal universalmente establecido a denunciar los abusos de los que se han dado cuenta.
El documento incluye, y continúa incluyendo, no solo el abuso y la violencia contra niños y adultos vulnerables, sino que también cubre la violencia y el acoso sexual resultantes del abuso de autoridad.
Por tanto, la obligación de denunciar incluye también los casos de violencia contra religiosas por parte de clérigos, así como los casos de acoso a seminaristas adultos o novicias.