El 30 de diciembre de 1946 se firmó el mítico acuerdo que permitiría, casi treinta años más tarde, la construcción del complejo Hidroeléctrico Salto Grande, obra estratégica para el desarrollo y emblema de la binacionalidad.
“Es un momento muy importante para todos los que somos de la Región, como para quienes trabajamos diariamente en Salto Grande, este acuerdo, que hoy cumple 75 años nos recuerda, una vez más, el compromiso, la convicción y la fuerza que los pueblos y los gobiernos tiene cuando persiguen un objetivo común” expresó Luis Benedetto, presidente de la Delegación Argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.
“Desde nuestro lugar queremos volver a poner a Salto Grande en el rol que siempre debió ocupar, que es el de ser una plataforma para el impulso y desarrollo de la región, sus comunidades y su gente, velando por cumplir esos postulados que en 1946 fueron la piedra fundante de esta gran obra” señaló Carlos Albisu, presidente de la Delegación del Uruguay.
La historia de la gran obra
Salto Grande fue un proyecto soñado por pioneros durante el siglo XIX, con distintos propuestas que fueron presentándose durante las primeras décadas del siglo XX y que, finalmente arribó a un acuerdo y compromiso para su construcción en 1946; pero que, el curso de la historia, llevaría concretar en obras treinta años más tarde, en la década del setenta.
El proyecto, como la defensa de esos intereses, y el de soñar con una Concordia, una Federación y una ciudad de Salto, sustentables y pujantes, siempre se sostuvo con el impulso y el compromiso de los Pueblos y los Gobiernos; quienes incólumes en su convicción y con sana terquedad insistieron para hacer de esa idea “para aprovechar las disposiciones que presenta el Río Uruguay a la altura de Salto Grande” una obra magnífica y única que nos marca e identifica a cada uno de quienes habitan este suelo.
Tras 75 años de ese acuerdo, mucho ha pasado por esta región, incluida la construcción del complejo Hidroeléctrico y su notable desarrollo como actor internacional en la producción de energía, como su persistencia en ser un referente ineludible en lo que hace a la capacidad y convicción de los pueblos de la región para trazar sus propios destino.
“Queremos además del rol como productor energético, rescatar los valores de Salto Grande, tales como la binacionalidad, el trabajo en pos de los habitantes de esta región, como así también la importancia estratégica que tiene para ambos países” agregó Benedetto.
“Salto Grande es parte de nuestra identidad como pueblo, es un sueño cumplido, que aún debe llegar a hacer realidad las deuda pendientes con su gente, pero que sin lugar a dudas es el faro y la plataforma que tenemos desde la Región, para poder llegar al desarrollo y mejora de la calidad de vida de nuestra gente” enfatizó, Albisu.