El presidente Alberto Fernández transmitirá esta noche del 24 de diciembre un mensaje navideño por cadena nacional desde la residencia de Olivos y pasará la Nochebuena en la Costa Atlántica junto a su familia.
Según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, el discurso se emitirá de manera grabada a partir de las 20, en la previa a la tradicional cena familiar, y tendrá una duración aproximada de 5 minutos.
Antes de la emisión del mensaje, el Presidente visitará por la tarde a un hogar destinado para niños y mujeres en situación de vulnerabilidad y violencia, y luego viajará a la Costa Atlántica hacia la residencia oficial de Chapadmalal. Allí, festejará la Navidad junto a la primera dama, Fabiola Yañez.
Con el mensaje por cadena nacional, Alberto Fernández retoma una vieja tradición del Poder Ejecutivo que tiene como objetivo comunicar un escueto balance político sobre el año transcurrido, y enviar a la población buenos deseos para el próximo período. Se trata de una práctica protocolar compartida y vigente en distintos países, y que en Argentina quedó en desuso en las últimas décadas.
Presidentes como Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín y Carlos Saúl Menem frecuentaron esta herramienta para dirigirse a la ciudadanía en el contexto de cierre de fin de año. También la dictadura militar iniciada en 1976, encabezada por Jorge Rafael Videla, apeló a este tipo de mensajes navideños.
Entre los mensajes recordados, y que están subidos al archivo público Prisma, figuran el discurso navideño de Raúl Alfonsín de 1984 en su primer año de mandato. Sentado en una silla de madera, con un árbol de navidad a su lado, el dirigente radical reconoció que “hubo discrepancias” pero también “acuerdos” en la joven recuperación democrática, y saludó a “quienes están solos y desvalidos” por estas fechas.
“Hoy es Nochebuena, la Navidad nos trae un conjunto de valores en los que todos coincidimos. ‘Noche de paz, noche de amor’, dice el villancico. Pero también nos habla de justicia, de amor, de solidaridad y humanidad. Un conjunto de valores que algún día se impondrá definitivamente e irrefrenablemente en el mundo”, comentaba Alfonsín en su discurso.
Con una impronta mucho más política, Carlos Menem pronunció otro recordado mensaje de fin de año, coincidente con la primera etapa de segundo mandato. Corría 1995 y el ex presidente realizaba un balance admitiendo algunos “hechos negativos” en su gestión, como no haber obtenido buenos resultados en el “crecimiento económico” y un significativo “proceso de desocupación” que atribuía a la crisis conocida como “efecto Tequila” en México.
“¿Cuáles son los hechos positivos? Hemos mantenido la estabilidad. Hemos crecido en lo que respecta a las exportaciones. Tenemos una balanza positiva en tal sentido. Hemos superado un proceso de déficit de 5000 mil millones de dólares del año pasado y vamos a tener un superávit de 2 mil millones. El proceso inflacionario fue totalmente eliminado. Argentina se coloca entre los países con menor índice de inflación, debemos ser los segundos, si no estamos en el primero”, manifestaba el presidente.
“Esto es gracias al empeño que ha puesto nuestro pueblo en acompañarnos en estas tareas de transformación que hemos puesto en marcha en 1989″, planteaba el fallecido mandatario riojano. “Este año no fue bueno, pero no fue malo. Lo podríamos calificar de regular”, marcaba Menem, sonriendo a la cámara.
“Pienso que el año 1996 va a ser positivo para la comunidad. Les pido a mis hermanos y hermanas que están soportando esta falta de trabajo que tengan paciencia y fe, que tengan esperanza. Nos hemos comprometido en aniquilar la desocupación y lo vamos a lograr. Les pido que nos sigan acompañando”, cerraba con su mensaje.