Pasos fronterizos: “La reapertura nos cambió la vida”, aseguró entrerriano

El profesional trabaja en Fray Bentos y durante las restricciones, su familia permaneció en Gualeguaychú: “La decisión fue mantener la fuente laboral, pero si hubiéramos sabido lo que iba a pasar, hubiéramos tomado otra decisión”.

“La reapertura de la frontera nos cambió la vida, uno empieza a volver a la normalidad. Se empieza a normalizar todo”, aseguró a Radio Máxima Julián Razetto, profesional de Gualeguaychú que vive y trabaja en Fray Bentos, pero con su familia en Entre Ríos durante la pandemia.

Este viernes, en el marco de la autorización argentina para abrir el ingreso por el puente internacional General San Martín, entre Fray Bentos y Gualeguaychú, Julián pudo pasar a reunirse con su esposa, sus hijas, sus padres y sus amigos. Y más allá de los anuncios formales sobre documentación, es interesante y útil escuchar su relato.

“Yo tenía preparada la documentación. Para un argentino que está en Uruguay, es importante diferenciar. Uruguay siempre tuvo abierto el ingreso al país, podíamos cruzar por cualquiera de los tres puentes para ingresar a Uruguay. El tema era regresar con un solo puente habilitado. Para ingresar ahora a Argentina necesitamos un PCR del tipo molecular, el certificado de vacuna y la declaración jurada. Si somos de Gualeguaychú o de Fray Bentos, con un antígeno, un test rápido, podemos ingresar. El costo es más o menos la mitad. Uruguay sigue pidiendo PCR, así que si uno viene por unos días, debe evaluar el costo. O preguntar si con un solo PCR en Uruguay puede entrar y salir, pero en ese caso tiene 72 horas. Hoy están aceptando el mismo PCR para ir y venir. El costo ahora ha bajado un poco, es de unos 70-80 dólares”, detalló. Y agregó que “el costo del peaje, para aquellos que no tienen la tarjeta vecinal, está en 400 uruguayos y 950 argentinos. Con tarjeta vecinal está 400 argentinos”. Razetto comentó, además, que “con certificado de esquema completo de vacunación no hace falta hacer cuarentena. Uruguay acepta la vacuna que haya adoptado el país de las personas que ingresan, no hay problemas en ese sentido”.

Sobre los primeros ingresos desde Fray Bentos a Gualeguaychú, Razetto manifestó que “el primer control es sanitario, te toman temperatura, te piden PCR y certificado de vacunación. Luego te piden la documentación, y después el control de AFIP. Fue muy sencillo, casi como antes, pero con los requisitos sanitarios”. “La declaración jurada se hace online, uno declara que está libre de síntomas, carga su PCR negativo e informa sobre las fechas y el tipo de vacunas que se dio”, agregó al aclarar que cuenta con los archivos preparados en su teléfono celular. “A la declaración no es necesario mostrarla porque cuando carga el documento, ahí aparece. Si uno tiene preparado todo, es muy sencillo”, ponderó.

Las emociones

En el caso de Julián Razetto, la cuestión emocional fue muy importante. Hace unos años, él comenzó a trabajar en Fray Bentos, y en situaciones normales iba y venía todos los días. En pandemia, pudo viajar a Gualeguaychú seis veces en casi dos años.

“Nos rozó muy de cerca el tema del cierre de la frontera. Yo trabajaba en una empresa en Entre Ríos, la empresa decide armar un proyecto en Fray Bentos, seleccionan un equipo y nos vamos allá todos, varios se radican en Fray Bentos y Mercedes. Resolví quedarme en Gualeguaychú y viajar todos los días para volver a media tarde, lo hice cuatro años hasta antes de la pandemia. Era ya como un trámite, la gente me conocía, era normal”, contó en Radio Máxima.

Sobre las decisiones tomadas, reconoció: “Ninguno de nosotros imaginaba que esto iba a durar lo que duró. No imaginamos que no iba a poder estar para el cumpleaños de las hijas, que es en agosto. Y pasaron dos agostos. En el momento la decisión fue mantener la fuente laboral. Si hubiéramos sabido lo que iba a llevar esto, por ahí hubiéramos tomado otra decisión”.

Julián es ingeniero mecánico que trabaja para una empresa láctea rosarina, que tiene una planta en Nogoyá y otra en Fray Bentos. “Vine seis veces. La primera vez pasaron cuatro meses, fue por Buquebús, Montevideo-Buenos Aires, un viaje de casi 800 kilómetros además del tiempo. Buquebus pedía hisopado y había que estar cinco horas antes. Había que hacerse el hisopado en Montevideo. Un viaje de 14 horas en total”, recordó. Asimismo, destacó que “la empresa me dio siempre la posibilidad de venir, más cuando había que hacer cuarentena 14 días, así que era una salida larga”, y añadió que “en los últimos tiempos viajaba por el puente Salto-Concordia”.

“Hay cuestiones emocionales, creo que en algún momento mis hijas me preguntarán por la decisión. Hay cosas que pasaron y marcas que quedaron”, reflexionó.

El boom comercial no existe

Sobre el boom comercial que se esperaba en Gualeguaychú con la apertura del puente y la diferencia cambiaria a favor de los uruguayos, Julián Razetto fue muy claro. “En Fray Bentos no había mucha expectativa por la reapertura del puente, había más por venir a comprar por conveniencia del cambio. Nosotros hablamos de una cuestión familiar, afectiva”, indicó el profesional.

“No se puede venir y llenar el auto de mercadería, por el sentido común de los funcionarios de Aduana. Uno puede llevar una bolsita, pero no llenar el baúl. Además, hay un costo del PCR que tiene su incidencia”, señaló el gualeguaychuense residente en Fray Bentos.

FUENTE: maximaonline



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