Opinión: Irse del país: ¿qué buscan los argentinos que emigran y a dónde se van?

En los últimos 3 meses creció 8 puntos el porcentaje de argentinos que perciben el acceso a oportunidades de desarrollo como el principal problema que les ocupa.

BRIAN ZIRULNIKOFF (*)

Desde junio, aumentó 10 por ciento la cantidad que llevaría a cabo un emprendimiento si tuvieran financiamiento. Pero además, «incertidumbre» y «preocupación» por su economía, son los principales sentimientos respecto al futuro y tras las PASO. Los datos se desprenden del último estudio realizado por Taquion, y dan una pista de qué motiva a algunos argentinos a mirar al exterior en busca de futuro mejor. ¿A dónde se van y por qué eligen esos lugares?

Tres destinos son los que más suenan por estos meses: Europa, Uruguay y Estados Unidos, particularmente, Miami. Cada uno tiene un objetivo diferente, pero una constante, buscar alternativas . Veamos.

URUGUAY

Uruguay es, sobre todo desde el comienzo de la pandemia, un destino pensado para el «corto plazo» y los principales interesados buscan estar cerca de Argentina, pero con beneficios fiscales. También es mencionado un clima político y social menos convulsionado y menos restricciones económicas que en Argentina (acceso a dólares, giro de divisas, comercio internacional, etc.). Punta del Este y Montevideo, suelen ser los lugares más elegidos. Y en el último tiempo se radicaron allí no sólo los destacados Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, Susana Giménez y Oscar González Oro; sino también ex directivos de multinacionales como Nestlé, Walmart y la cervecera Anheuser-Busch InBev.

EUROPA

Para Argentina, Europa es desde siempre un destino al que mira cuando las cosas se ponen complicadas, sobre todo para aquellos que son descendientes y/o cuentan con pasaporte de la comunidad europea. Entre los destinos están España (con Madrid y Barcelona a la cabeza), por una cuestión idiomática y similitudes de culturales; pero también Italia, ya que Argentina cuenta con la comunidad de descendientes de italianos más grande del mundo. Otros destinos más exóticos han surgido en épocas de movilidad y trabajos remotos, pero no suelen ser los más buscados, salvo por cuestiones laborales.

En general, quienes se van a Europa buscan conseguir algún empleo profesional, previa homologación de sus títulos universitarios; o no profesional, pero con una mirada hacia el largo plazo, con eje en la tranquilidad, estabilidad y posibilidad de planificación.

ESTADOS UNIDOS

Estados Unidos es la elección de quienes, sobre todo, cuentan con un capital y buscan ampliar su negocio o instalar uno nuevo, retirarse o proporcionar «una alternativa con mayores oportunidades» para sus hijos. Una menor proporción, mira hacia esas latitudes en busca de fondos para ampliar su start-up.

La herramienta para quienes buscan emigrar a Estados Unidos son los distintos tipos de visas que otorga el gobierno estadounidense; con las de inversor, como la más conocida. Este tipo de visa parten de los 80.000 o 100.000 dólares y permiten instalar un negocio en, por ejemplo, Miami, que sirva de base para poder instalarse.

El Dorado de las visas de inversor es la EB5, que momentáneamente está a casi un 50% de su valor típico de los últimos años, alcanzando los u$s 500.000 dólares. Esta es una visa que posibilita tener residencia permanente para quien aplique y para su núcleo familiar. Además, no tiene vencimiento ni está atada a los resultados de la inversión o rentabilidad de un negocio, como sucede con el resto, como las E2, por ejemplo.

Lo esencial para aplicar a una de estas visas es definir una estrategia de inmigración. En ella se evalúa el capital con el que se cuenta; la necesidad o urgencia de tiempo que tiene el aplicante para mudarse o lograr la residencia; si viaja una persona, una pareja o una familia; y el tipo de proyecto, es decir, si se desea emprender, invertir o una combinación.

Luego hay otros aspectos como la precalificación de los orígenes de fondo de inversor; la preparación de los documentos y la elección de un proyecto EB-5 pasivo; se aguarda la aprobación de la green card que suele demorar entre 31 y 48 meses; y finalmente asumiendo que el proyecto que eligieron fue analizado y el riesgo mitigado, se recupera el 100% del capital invertido, junto con las tasas acumuladas.

(*) Director para América Latina de Dynaxe Capital

FUENTE: Cronista



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