Pese a los dichos de Macri durante la campaña y el debate presidencial, su gobierno incumplió todos los planes viales. De los 2800 km de autopistas previstos, sólo se terminó el 13 por ciento. De los 4 mil km previstos en el programa Rutas Seguras, sólo se hicieron 6.
«A la fecha se encuentran finalizados 365 kilómetros de autopistas iniciadas a partir del 2016, lo que representa un 13 por ciento de los 2800 kilómetros previstos. El programa Rutas Seguras prácticamente no registra avances. Se ejecutaron sólo 6 de los 4 mil kilómetros planificados. Es decir el 0,15 por ciento del total anunciado. El Plan Vial presenta un bajo grado de avance, habiéndose realizado primordialmente obras de repavimentación, con escaso y nulo avance respectivamente en los programas de Autopistas y Rutas Seguras.» Las frases no fueron dichas por Alberto Fernández en el debate con Mauricio Macri. No son declaraciones de voceros de la izquierda ni de dirigentes del Sindicato de Trabajadores Viales (STV). El lapidario diagnóstico, que desmiente lo dicho por el Presidente de la Nación en los últimos meses y en el debate mismo, figura en el documento definitivo de la Unidad de Auditoría Interna de Vialidad Nacional, es decir que se trata de un texto oficial, de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) que maneja el propio macrismo.
PáginaI12 accedió de forma exclusiva al documento que analiza las obras viales de todo el país desde la asunción de Macri hasta inicios de 2019. Las empresas constructoras, los sindicatos y los propios funcionarios admiten que durante este año las cosas empeoraron, ya que el acuerdo con el FMI recortó aún más los presupuestos para obras.
A lo largo del año, Macri hizo spots y usó como argumento de defensa de su gobierno, la construcción de rutas y el supuesto bajo costo de las obras hechas por el macrismo en comparación con las que se hicieron durante la gestión de los Kirchner. El documento de la Auditoría, firmado por los ingenieros Federico González, Justo Romero y Marcelo Guillermo Bianchi, incluso menciona que «se advirtió también que en el Plan no se contempló la conclusión de obras que estaban paralizadas o neutralizadas tras el cambio de gobierno y que presentaban un importante grado de avance». O sea que Vialidad Nacional ni siquiera terminó las obras que estaban casi terminadas en diciembre de 2015.
La Unidad de Auditoría Interna es una oficina de la DNV que revisa y evalúa lo que se hizo en las obras viales de todo el país. Como muestra, los tres ingenieros estudiaron ocho distritos de las provincias del sur, el norte y la Provincia de Buenos Aires, con revisión de la documentación, informes e inspecciones. El documento fue girado a la conducción de Vialidad Nacional en febrero de este año.
Las obras son divididas básicamente en tres categorías:
. Las autopistas, que tienen al menos dos carriles por sentido de circulación, con control total de accesos.
. Las rutas seguras tienen un sólo carril por sentido, pero hay un tercer carril para de aceleración o sobrepaso y banquinas pavimentadas.
. Pavimentaciones y repavimentaciones, que no significan la construcción de terraplenes, puentes, circunvalaciones y las rutas en sí mismas, sino la renovación de la carpeta asfáltica o lo que se llama el sistema Crema, contrato de recuperación y mantenimiento.
En el plan diseñado por el macrismo, la máxima aspiración era la construcción de autopistas. Se anunció –con folletos y presentaciones del Presidente– el Plan Vial que contemplaba la construcción de 2800 kilómetros de autopistas en tres años. Es que el objetivo vial siempre es convertir rutas colapsadas en autopistas. Pero del total previsto de 2800 se completaron sólo 365, el 13 por ciento, aunque buena parte se hizo con financiamiento de las provincias, como el caso de Córdoba, quedando una deuda del Estado nacional con el provincial. También el gobernador de San Juan sostuvo que las obras de la Ruta 40 se hicieron con dinero sanjuanino y le reclaman a Vialidad Nacional el costo: 1200 millones de pesos.
El segundo objetivo es convertir rutas inseguras en seguras. Ese cumplimiento todavía fue menor. Sólo seis kilómetros de 4 mil, el 0,15 por ciento.
Las pavimentaciones se hicieron en 1832 kilómetros y las repavimentaciones en 6144, con lo que completaron el 61 por ciento de los 13 mil kilómetros previstos en el plan.
El texto de la Auditoría Interna, que hasta ahora se ocultó al público, saca las siguientes conclusiones:
«El Plan registra un bajo cumplimiento en relación con las fechas de inicio y finalización de las obras.»
Obras que han sido planificadas no se han iniciado.»
«Obras que han sido planificadas como autopistas o rutas seguras presentan una configuración de menor jerarquía, como obras de pavimentación o recuperación y mantenimiento.»
«Obras ejecutadas o en ejecución que presentan una longitud menor que la planificada.»
La Auditoría consigna una escandalosa demora en casi todos los casos. Las obras de autopistas en el Distrito Santiago del Estero, por ejemplo, ni siquiera fueron iniciadas. La Ruta Nacional número 12, en el tramo Empedrado–Itatí tiene finalización de obra prevista para abril de 2020 y según Auditoría registra un avance de apenas el 5,6 por ciento.
El informe también da a entender que hubo una manipulación política del plan de obras viales, ya que los mayores atrasos e incluso la falta de ejecución se produjo en dos distritos gobernados por opositores, Tucumán y Santa Cruz.
Durante 2019, Mauricio Macri alardeó que su gobierno hizo una verdadera revolución en materia vial. El domingo pasado, en el debate, el Presidente dijo: «Nosotros generamos un sistema de licitaciones en internet. Hoy uno puede entrar a la página de Vialidad y ver que, por el precio de una autopista kirchnerista, nosotros hacemos dos. Y con esas herramientas lanzamos el plan de infraestructura más importante de los últimos 65 años». Todas las aseveraciones son falsas. La propia Vialidad admite que el Plan Vial tiene un mínimo cumplimiento y los auditores sostienen que no pudieron hacer estimaciones verdaderas de valores porque las autoridades de Vialidad se negaron a suministrar los datos.
PáginaI12 ya publicó que el Sindicato de Trabajadores Viales (STV) denunció en la Justicia que el tramo de la ruta 8, de Todd a Fontezuela, que se licitó durante el kirchnerismo en 285 millones de pesos y que el gobierno actual lo llevó a 2500 millones de pesos, nueve veces más. El constructor es Iecsa, la empresa que fuera del primo presidencial Angelo Calcaterra.
Un dato no menor es por qué no se terminan obras que están, según la Auditoría, con importantes avances. El texto deja tácitamente en claro que es por razones políticas. Por ejemplo, la Ruta Nacional 288, que atraviesa Santa Cruz desde la costa a la cordillera, según los ingenieros es de máxima importancia y estaba terminada en enero de 2016, un tramo el 95 por ciento, otro el 45 por ciento y otro el 35 por ciento. Esto quedó ahí, sin continuar, así como tramos en los que se rescindieron los contratos y otros que ni siquiera se hicieron las expropiaciones de los terrenos necesarios.
El informe de la Auditoría de Vialidad concluye con 16 fotos de rutas con puentes sin terminar, asfalto resquebrajado y caminos de barro donde debería haber rutas terminadas. Una toma significativa es la realizada a principios de 2016 en el hall de Vialidad, donde puede verse un enorme mapa del Plan Vial y un afiche de lanzamiento de todo lo que, casi cuatro años más tarde, se incumplió de manera casi total.
FUENTE: Página 12