La ecorregión del Chaco salteño ya da muestra de las consecuencias del fenómeno y temen que empeore en lo que queda del año.
“Ya se me murieron entre 15 y 20 animales grandes y chicos”. Mónica Burgos es de la finca Puesto La Mina, ubicada a unos 400 kilómetros de Salta Capital, en el departamento San Martín. Se llega por la ruta 81, en el kilómetro 1810. Un punto de referencia no menor es que se encuentra a solo 20 metros de la finca El Yuto, de empresas de la familia Macri. Los divide un camino. Ambas están en el límite del departamento San Martín con Rivadavia, en la ecorregión del Chaco salteño.
La denuncia de la situación vino del Frente Nacional Campesino (FNC), presidido por Benigno López, del Movimiento Campesino de Formosa (MOCAFOR), quien indicó que al menos las 200 familias que forman parte de su movimiento en Salta sufren la sequía en los distintos puestos de los departamentos San Martín y Rivadavia. Estimó que hay 200 hectáreas con suelos erosionados por cada puesto, lo cual sumaría unas 40 mil hectáreas en esa condición.
“La lluvia no es pareja. No es que en todos lados del Chaco salteño llueva lo mismo. Los productores denuncian que ahora la sequía llega más rápido. Hay eventos extremos de mucha lluvia y mucha sequía que es un claro efecto del cambio climático, además de muchos desmontes en San Martin y Rivadavia y el cambio del uso de suelo”, afirmó López al hablar con Salta/12.
A la irregularidad de la lluvia se suma la falta de infraestructura para manejar el agua, esto se puede notar en el contraste entre las fincas La Mina y El Yuto. Los campesinos improvisan pozos superficiales a fuerza de pala para llevar un poco de agua al bebedero de los animales. En la finca de las empresas, por el contrario, se ven las regaderas que se extienden sin problemas.
López sostuvo que con el fin de tener un agua de mayor calidad se trabaja con el INTA en la construcción de cisternas para cosecha del agua de lluvia, que es un símil a un aljibe. Explicó que son depósitos de 16 mil litros. Es un proyecto que emula el programa Hambre Cero que aplicó el ex presidente de Brasil, Lula da Silva. El problema es que al no haber lluvia, no hay agua para cosechar.
FUENTE: Página 12