La jueza de Garantías Marina Barbagelata dispuso la medida acordada entre la fiscal y la defensora, que se cumplirá fuera de Paraná.
Dentro de 78 días, los Tribunales de Paraná serán el centro de atención, cuando se dé inicio al juicio por el primer triple homicidio ocurrido en la ciudad. Hasta el 13 de noviembre los tres imputados por el sangriento episodio ocurrido en Bajada Grande seguirán privados de la libertad, aunque bajo diferente modalidad: Oscar El Negro Siboldi, de 54 años, seguirá en la cárcel; sus hijos Brian Exequiel, de 21, y Alexis, de 24, saldrán de la Unidad Penal y estarán con arresto domiciliario fuera de Paraná.
Así lo dispuso ayer la jueza de Garantías Marina Barbagelata luego de una audiencia en la que las partes debatieron sobre si correspondía o no esta morigeración de la medida cautelar para dos de los imputados.
En la puerta de Tribunales, familiares de las víctimas (Miguel Aguirre y los hermanos Luciano y Leonardo Álvarez), se manifestaron con banderas y carteles para reclamar que los tres sigan presos.
No hubo oposición de nadie a que Oscar Siboldi quede preso. El hombre sabe que purgará muchos años en el encierro. La discusión se presentó en torno a la situación de los hijos. Ambos están imputados como coautores del triple asesinato, ocurrido el 25 de mayo. La defensa sostiene que, al menos, uno de ellos es inocente.
En la audiencia de ayer se presentó un acuerdo entre la fiscal Patricia Yedro y la defensora de los dos jóvenes, Natalia Salvatelli, para que Brian y Alexis Siboldi puedan estar con prisión domiciliaria. Pero los abogados querellantes, Franco Azziani y Andrés Bacigalupo, consideraron muy peligroso otorgar esa medida.
Entre otros argumentos, esgrimieron que se trata de un hecho muy grave. Afirmaron que existe peligro de entorpecimiento de la investigación y que el mismo no es hipotético, sino que ya han habido hechos concretos, como por ejemplo la desaparición de las armas que fueron utilizadas en la masacre. Azziani recordó que el propio Siboldi padre en su declaración dijo: “A las armas las oculté yo y se las entregué a una persona”. Además, sostuvieron que los hijos se dieron a la fuga tras el hecho. Uno de ellos fue trasladado a la casa de la madre en el barrio Paraná XVI, donde dijo: “Cerrá todo que los matamos a todos con papi”.
Por otro lado, los querellantes enfatizaron en el peligro de que los principales testigos de cargo se vean afectados a declarar en el juicio. “Yo estuve ahí y la bronca va a quedar”, dijo uno de ellos; “Yo cada vez que declaro termino mal, usted sabe cómo es”, le dijo otro a la fiscal en su declaración, según lo que citaron los querellantes para fundamentar su planteo.
Asimismo, remarcaron que la familia Siboldi no es marginal, sino que a las claras cuentan con recursos para darse a la fuga, lo cual también pone en peligro la comparecencia de los hermanos en el juicio.
A su turno, la defensora Salvatelli negó que existieran tales riesgos con la domiciliaria monitoreada con tobillera para los imputados, y desmintió que los mismos se fuguen: “Estos chicos no cuentan con medios para vivir en la clandestinidad”, aseguró la letrada. Además, recordó que los hermanos no se fugaron tras el hecho, sino que se fueron del lugar por orden de su padre y luego se presentaron en la Justicia.
La jueza resolvió a favor del acuerdo entre la Fiscalía y la defensa, y dictó la domiciliaria para los jóvenes, solo desde el momento en que estén disponibles las tobilleras electrónicas, ya que por el momento estaban todas ocupadas.
FUENTE: Diario Uno