Los murciélagos vuelven a estar en el ojo de la tormenta con otro virus. Un grupo de científicos que trabajan en Asia, alertó frente a la presencia de un nuevo virus: Nipah. La tasa de mortalidad es de hasta un 75% y no tiene vacuna.
Luego de la pandemia de coronavirus, que hace un año comenzó y todavía no tiene freno, un grupo de científicos que trabajan en Asia alertó frente a la presencia de un nuevo virus: Nipah. Con altas tasas de mortalidad, del orden del 75% y sin vacunas, la comunidad científica está en alerta.
Se trataría de un amenazador virus que salió a la luz y que nace en las regiones tropicales que tienen una rica variedad de biodiversidad, lo que significa que también albergan una gran cantidad de patógenos. Esto aumenta las posibilidades de que surja un nuevo virus. La información fue publicada por la cadena británica BBC.
Supaporn Wacharapluesadee dirige el Centro de Ciencias de la Salud y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Cruz Roja Tailandesa en Bangkok. Durante los últimos 10 años formó parte de Predict, un proyecto mundial para detectar y detener enfermedades que pueden pasar de animales a humanos.
Ella y su equipo tomaron muestras a muchas especies, pero su enfoque principal estuvo en los murciélagos, que se sabe que albergan muchos coronavirus. Pudieron comprender la enfermedad en solo unos días, detectando el primer caso de Covid-19 fuera de China.
El crecimiento de las poblaciones humanas y el aumento del contacto entre personas y animales salvajes en estas regiones también aumentan el factor de riesgo. En el transcurso de un proyecto en el que tomó muestras de miles de murciélagos, Wacharapluesadee y sus colegas descubrieron muchos virus nuevos.
Entre estos está el Nipah. Los murciélagos que comen fruta son su huésped natural. «Supone una gran preocupación porque no hay tratamiento y este virus tiene una alta tasa de mortalidad», comentó Wacharapluesadee.
Según la experta citada por la BBC, hay varias razones por las que el virus Nipah sea tan siniestro. El largo período de incubación de la enfermedad, que puede llegar hasta los 45 días, significa que existen muchas posibilidades de que un animal o persona infectada, sin saber que está enferma, lo propague. Además puede infectar a una amplia gama de animales, lo que aumenta la posibilidad de que se extienda. Y se puede contagiar por contacto directo o consumiendo alimentos contaminados.
La tasa de mortalidad de Nipah varía entre el 40% y el 75%, dependiendo de dónde ocurra el brote. Pero la científica no está sola en su preocupación. Cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) revisa la larga lista de patógenos que podrían causar una emergencia de salud pública para decidir cómo priorizar sus fondos de investigación y desarrollo.
Alguien con el virus Nipah puede experimentar síntomas respiratorios que incluyen tos, dolor de garganta, dolores y fatiga, y encefalitis, una inflamación del cerebro que puede causar convulsiones y la muerte.
Según lo que informa el medio británico BBC, Wacharapluesadee espera seguir colaborando para combatir el virus Nipah en el sudeste asiático.
«La propagación de estos patógenos [zoonóticos]y el riesgo de transmisión se aceleran con los cambios en el uso de la tierra como la deforestación, la urbanización y la intensificación agrícola», escribieron los autores Rebekah J. White y Orly Razgour en un informe de 2020 de la Universidad de Exeter sobre enfermedades zoonóticas emergentes.
El 60% de la población mundial ya vive en las regiones de Asia y el Pacífico, y todavía se está produciendo una rápida urbanización. Según el Banco Mundial, casi 200 millones de personas se trasladaron a áreas urbanas en Asia Oriental entre los años 2000 y 2010.
Fuente: BBC