Cada 7 de abril, el mundo celebra el Día Mundial de la Salud, una fecha que conmemora la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948.
Este año, la fecha está centrada en la salud materna y neonatal. La campaña, titulada “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, tiene como objetivo intensificar los esfuerzos para poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos y destacar la importancia de la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo.
Esta campaña será liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con sus asociados internacionales, y tiene como foco proporcionar información clave para promover embarazos y partos saludables, así como mejorar la atención posnatal. La iniciativa es parte de un esfuerzo continuo para abordar las deficiencias existentes en la supervivencia materna y neonatal, y para asegurar que las mujeres reciban el apoyo necesario antes, durante y después del parto.
La campaña tiene un propósito claro: garantizar que todas las mujeres y recién nacidos sobrevivan y prosperen. A pesar de los avances en salud pública en las últimas décadas, las estadísticas actuales son alarmantes. Se estima que cada año cerca de 300.000 mujeres mueren durante el embarazo o el parto, y más de 2 millones de recién nacidos fallecen en su primer mes de vida. A esto se suman millones de nacimientos muertos, lo que subraya la necesidad urgente de mejorar las condiciones de salud materna y neonatal.
Uno de los principios fundamentales de la campaña es que las mujeres y sus familias necesitan una atención de alta calidad que las apoye física y emocionalmente, no solo durante el embarazo, sino a lo largo de todo el proceso, incluida la atención posnatal. Los sistemas de salud deben adaptarse para abordar las diversas problemáticas que afectan la salud materna y neonatal, no solo en términos de complicaciones obstétricas directas, sino también en la gestión de problemas de salud mental, enfermedades no transmisibles y planificación familiar.