Es como en una montaña rusa. Si anteayer el parte médico había significado alivio y casi había generado optimismo, ya que hablaba de una “leve mejora”, más allá de las condiciones siempre críticas, el parte de este martes resultó mucho más cauto y ratificó que las condiciones del Papa Francisco, de 88 años e internado desde hace 12 días por una neumonía bilateral, siguen muy delicadas. Y con pronóstico reservado.
“El estado clínico del Santo Padre sigue siendo crítico, pero estacionario”, dijo el parte del equipo médico que lo sigue, que fue difundido poco antes de las 19.30 locales. “No se presentaron episodios respiratorios agudos y los parámetros hemodinámicos continúan estables”, agregó. “Por la tarde se le realizó una tomografía axial computada (TAC) de control programado para el monitoreo radiológico de la neumonía bilateral”, añadió, al subrayar que “el pronóstico sigue siendo reservado”. “Por la mañana, después de recibir la Eucaristía, reanudó su trabajo”, concluyó.
Este miércoles, como viene repitiéndose en los últimos días, el vocero papal, Matteo Bruni, pasadas las 8 locales informó que “el Papa ha pasado una noche tranquila y está descansando”, sin dar mayores detalles.
Consultada por La Nación acerca del parte de ayer, Annalisa Bilotta, médica del hospital internacional Salvator Mundi, de esta capital, interpretó que la situación del Papa evidentemente “sigue siendo muy delicada”.
“A diferencia del lunes, los médicos no hablan de ‘mejoras’, el Santo Padre sigue estable pero en una situación grave, pero al no decir nada del resultado de la TAC dejan entender que los focos de infección siguen ahí y que no saben bien cómo va a evolucionar esto, porque se trata de un paciente con muchas patologías al mismo tiempo, algo que determina que sea necesario mucho tiempo para que las terapias tengan su efecto”, comentó. “Por eso sigue siendo una situación crítica, pero estacionaria, porque tampoco ven un empeoramiento”, explicó.
Fuentes vaticanas, no obstante, dijeron que el parte médico no dio ningún resultado de la TAC, porque debe analizarse con mucha atención, por lo que se presume que hoy se conocerán los resultados. Se trata de la tercera TAC a la que se somete Francisco, que se hizo la primera al ingresar al hospital Gemelli el 14 de febrero y, algunos días más tarde, la segunda, que reveló la existencia de la neumonía bilateral. Las mismas fuentes precisaron que cuando hablaron de condiciones “estacionarias” incluyeron su situación renal -que sigue como en la víspera, sin preocupar- y la oxigenoterapia, que regulan de acuerdo a la situación.
Lo cierto es que, aún en condiciones críticas, el Papa parece seguir firme y al mando de la Iglesia católica. Al mediodía, en efecto, el Vaticano informó que este martes recibió “en audiencia” al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede y su número dos y al sustituto para los Asuntos Generales, el monseñor venezolano Edgar Peña Parra, su número tres.
Aunque nadie quiso dar indicaciones de a qué hora los recibió ni por cuánto tiempo, el boletín del Vaticano que difundió la información hizo saber que la visita se debió a decisiones que tomó el máximo jefe de la Iglesia católica, al promulgar algunos decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos y al convocar a un consistorio para próximas canonizaciones, sin fecha. Entre ellas, la de dos beatos italianos y uno venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como el “Médico de los pobres” (1864-1919), que fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas y ahora se convertirá en el primer santo de Venezuela.
Que el Papa convocara a un consistorio -que suele ser una reunión solemne de cardenales, normalmente residentes en Roma, aunque pueden sumarse también otros procedentes de varios países-, para estas canonizaciones, aunque se trata de una praxis normal, creó muchos interrogantes. Y hasta creó cierto escozor entre los vaticanistas: todos recuerdan que Benedicto XVI (2005-2013), sorprendió al mundo con su anuncio de renuncia durante una consistorio para algunas canonizaciones, el 11 de febrero de 2013.
¿Se trata de una señal de Jorge Bergoglio? Muy improbable, consideró el veterano vaticanista italiano Marco Politi, quien en su blog interpretó que el Papa, al haber recibido al cardenal Parolin y a Peña Parra “lanzó el mensaje de que no piensa rendirse”.
Otro fiel reflejo de que si bien está enfermo, hay un Papa que sigue gobernando, fue la designación de cuatro obispos -un canadiense y tres brasileños- y de dos altos funcionarios del Governatorato, según el boletín diario del Vaticano. Aunque es sabido que este tipo de nombramientos suelen hacerse varios meses antes que el anuncio oficial.
El Vaticano también difundió el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, titulado “Caminemos juntos en la Esperanza”. La Cuaresma comenzará el próximo 5 de marzo, el miércoles de la semana que viene. Es habitual que se difunda este mensaje, en todos los idiomas, con anticipación, para que todas las iglesias del mundo puedan prepararse a esa fecha, que marca el inicio del período de 40 días que precede la Semana Santa. En medio de la aprensión por la salud del papa Francisco, los más optimistas esperan que para esa fecha pueda estar recuperado.
“El Papa ha descansado bien, toda la noche”, había dicho a la mañana de ayer, martes, el vocero papal, Matteo Bruni, provocando otro gran respiro de alivio entre los cientos de miles de católicos del mundo que siguen en vilo la internación del papa Francisco, que se convirtió en la más larga del pontificado. Superó, en efecto, la primera, de julio de 2021, cuando tuvo una cirujía en el abdomen por divertículos, que duró diez diás. En esta, que es la curta, tuvo su jornada más crítica el últimos sábado, cuando tuvo una crisis respiratoria asmática aguda y, además, por una anemia, debió tener transfusiones. Un escenario de agravamiento que hizo temer lo peor, pero que parece haber superado.
Hasta el cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto emérito del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y purpurado conservador que siempre fue muy crítico del papa del fin del mundo, se mostró bastante disgustado ante este clima. “El Papa ahora está vivo y este es el momento de rezar, no de pensar en quién será el sucesor”, dijo, en una entrevista al Corriere della Sera. “Si alguien piensa en el futuro mientras Francisco está en el hospital -añadió- no está bien, no está bien para nada”.
Fuente: Con información de La Nación