Paraná y Nogoyá preparan los festejos en honor a la Virgen del Carmen

El próximo martes se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Carmen. En la Parroquia de Paraná y en la Básilica de Nogoyá se lleva adelante la novena y se preparan los festejos para las fiestas patronales.

Bajo el lema “Madre del Carmen enséñanos a orar y anunciar a tu Hijo”, Nogoyá se prepara para su Fiesta Patronal el próximo 16 de julio. Durante estos días y hasta el 15 tiene lugar la novena.

El día patronal las actividades serán las siguientes:

00:00: Canto de Feliz Cumpleaños a la Madre y Patrona en sus 242 años.

06:00: Misa para hombres y jóvenes.

08:00: Santa Misa.

09:00: Misa con Niños.

10:30 Misa solemne presidida por Mons. Juan Alberto Puiggari.

14:30: Salida de la Imagen Histórica. Procesión. Desfile de agrupaciones tradicionalistas. Ingreso de la Virgen. Santa misa en el interior de la Basílica.

En Paraná

“Con María del Carmen en Comunión, Participación y Misión”, es el lema de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen para su fiesta patronal.

La novena se extenderá hasta el próximo lunes 15. Durante esos días habrá Adoración Eucarística y Rezo del Rosario a las 18:20 y misa a las 19.

El martes 16, día de la Fiesta Patronal, las actividades comienzan a las 11:15 con caravana de autos con la imagen patronal. A las 15:30, será la misa patronal con el servicio penitenciario, imposición del Escapulario y procesión con la Virgen.

Finalmente, a las 19 será la Misa de Bendiciones e imposición del Escapulario.

Nuestra Señora del Carmen

Es ésta una de las advocaciones más populares de la Virgen María. Tiene su origen en el Monte Carmelo donde un grupo de judíos que seguían las enseñanzas de los profetas Elías y Eliseo, oyendo la predicación de San Pedro abrazaron la fe cristiana y levantaron una ermita a la Virgen en la cumbre del Carmelo. En tiempos de las cruzadas pasaron a Europa y se transformaron en la Orden Carmelita.

La Virgen del Carmen fue declarada por el general José de San Martín «Patrona del Ejército de los Andes». Después de los triunfos de Chacabuco y Maipú, el Libertador entregó su bastón de mando a la «Patrona y Generala Nuestra Madre y Señora del Carmen», por la «decidida protección que prestó al Ejército de los Andes», y como testimonio del «mando supremo que ella tiene sobre dicho Ejército».



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