En la imputación, se sostiene que un adolescente de 15 años descendió del auto en el que iba con quien está sentado en el banquillo de los acusados y le asestó un golpe en la cabeza con un hierro a otro chico para robarle el celular. El hecho ocurrió hace dos años en calle Santos Domínguez.
Alexander David Rodríguez, de 22 años, es juzgado desde este lunes en juicio oral y público por el delito de robo agravado por el uso de arma y por la intervención de un menor de 18 años.
El joven es el único de las dos personas sindicadas en la formulación de la acusación que está sentado en el banquillo de los acusados porque el coimputado es menor inimputable.
Este tenía 15 años el 21 de abril de 2017, cuando alrededor de las 16, a bordo de un Fiat Uno que conducía Rodríguez, interceptaron a tres chicos que iban caminando por Santos Domínguez y Castañeda.
Según el relato del hecho, sólo descendió del rodado el menor, aguardando el imputado en el auto. En tal circunstancia, el chico le propinó a la víctima un golpe en la cabeza con un hierro de 37 centímetros de largo que tenía la empuñadura de goma y le sustrajo el celular. Tras el ataque, ambos huyeron en el auto pero fueron aprehendidos en calle Brugo y General Artigas con los elementos en su poder.
Ayer, el relato que lograron reconstruir los fiscales Paola Farino y Franco Bongiovanni, encontró correlato en los testimonios de la propia víctima, que también era menor al momento del hecho; un amigo que estaba con él y logró huir corriendo; en la madre de la víctima y en tres efectivos de la División 911 de la Policía de Entre Ríos que sustanciaron las actuaciones en el lugar del hecho y en el de la detención de los sospechosos.
EL PEDIDO
La defensa, a cargo de José Veláquez y Leopoldo Capa, planteó al inicio del debate que se citara al menor inimputable y a otra persona como testigos. La jueza del Tribunal de Juicio, Carolina Castagno hizo lugar a la oposición que manifestaron los fiscales, que consideraron extemporánea la solicitud.
La defensa explicó que asumió el cargo hace pocos días y por eso no realizó el pedido. En este sentido, destacó lo que consideró excesivo formalismo que perjudica el derecho de defensa.
La situación no es nimia, puesto que Rodríguez enfrenta los cargos con el agravante del uso de un arma, si bien impropia, que utilizó el menor que no está sentado en el banquillo de los acusados por su condición de inimputable.
TESTIGOS
En la primera jornada, el joven que fue víctima relató que caminaba por calle Santos Domínguez con dos amigos cuando se percataron que eran observados desde un Fíat Uno que estaba estacionado en la zona, pero trataron de no darle importancia.
Así, cuando giraron en Castañeda, sintieron que el auto estacionó a su lado y descendió el menor al grito de “dame el celular, dame el celular”.
Dos de los tres chicos lograron escapar corriendo, pero uno fue atrapado por el brazo y recibió un fuerte golpe en la cabeza. Este relato fue corroborado por uno de los chicos que iba con él aquella tarde y por su madre, que se enteró de lo sucedido por uno de los amigos de su hijo que llegó a la casa con la mala noticia.
Tres efectivos de la División 911 recordaron las circunstancias por las que tomaron intervención en el hecho. En este sentido fueron contestes en señalar que con los datos que proporcionó el joven que fue víctima a un hombre que lo auxilió tras el violento robo, se irradió el pedido de localización del rodado y sus ocupantes.
La tarea arrojó resultados a los pocos minutos y a tres cuadras del hecho. El móvil 1010 divisó un rodado con las características del que fue denunciado.
Según recordó una policía, en el auto sólo estaba el menor, que se puso nervioso y no quería descender del rodado.
A media cuadra se encontraba Rodríguez, que, según relató la funcionaria, dudó el acercarse, pero finalmente lo hizo. La testigo sostuvo que ambos negaron el hecho a pesar de que aún no se le había informado el motivo por el que se los demoró.
También dijo que se acercaron al rodado porque en la zona se logró identificar a varios Fiat Uno con el mismo accionar al del hecho investigado, añadiendo que se tiene identificado a sus propietarios, pero que a los dos detenidos en aquella oportunidad no los conocían.
El juicio continúa hoy con más testimoniales, mientras que mañana será la etapa de alegatos.
EN UN COLECTIVO
Uno de los testigos refirió un violento incidente en un colectivo, con el menor inimputable. Así, recordó que supo quién fue el autor del robo con posterioridad y que lo conocía del barrio.
El chico relató que en el colectivo, el menor lo reconoció, lo increpó y le quitó la mochila. El testigo sostuvo que supo el nombre de quien lo abordó porque una chica que estaba con aquel lo llamó por su nombre y le pidió que le devolviera la mochila. También dijo que el menor lo miraba, se reía y no le dijo nada.
FUENTE: El Diario